El que escribió la canción evidentemente no tenía ni idea. Los tordos ponen huevos en nido ajeno pero no empollan. Bueno, bah... de repente hay algún tordo altruista que le empolla los huevos a los otros pájaros, pero nadie le haría una canción para insultarlo. De todas maneras es probablemente la frase más inteligente que tiene esa canción.
¿Descubrieron la trampa?
Las últimas fotos de la página anterior, corresponden (y de ahí la canción) efectivamente a un tordo (Molothrus bonariensis) y a otro común visitante de los jardines: la ratonera (Troglodytes aedon).
Pero, el último ya estaba presente en la página salvo que con otro plumaje. Se trata de un chingolo, simplemente la diferencia es que este último es un pichón.
Quien no conoce puede pensar que hay más aves de las que realmente hay. Pasa que una misma especie puede tener muchas variantes de plumaje. Las típicas son el dimorfismo sexual (los machos son distintos a las hembras), los diferentes plumajes entre los pichones y los adultos, e incluso hay aves que cambian de plumaje en las distintas épocas del año. Como ejemplo presentamos a uno de los pájaros más representativos de nuestros jardines: el dorado (Sicalis flaveola).
El dorado macho adulto es, como su nombre lo dice "dorado", mientras que las hembras son pardas. También los pichones son pardos hasta el primer replume donde se van pintando de amarillo
El dorado es uno de los grandes cantores del balneario. Le gusta posarse en las copas de los árboles, las antenas o los postes y cantar horas.
Esto motiva que sea uno de los pájaros más comunes en cautiverio, ya que aunque esté en una jaulita, el dorado macho no deja de cantar.
Es más: cuando enjaular aves no estaba prohibido, se hacían competencias de canto. Las mismas consistían en poner dos jaulas con dorados una al lado de la otra,y los animales se ponían a cantar cada vez más fuerte tratando de "dominar" a su contrincante , en forma similar a lo que sucede en el período reproductivo. Finalmente uno de los dos dejaba de cantar ... (se decía que huía) y perdía. Esto le dejaba huellas sicológicas profundas ya que, según los entendidos, ese pájaro no cantaría más.
Vamos a abandonar el jardín (relativamente) para pasar a otra serie que denominaremos "los vistosos" presentaremos como comienzo un par de pajaritos muy parecidos que uno aparece en los jardines y otro cerca del agua. Se destacan por su belleza y parecido. Dejamos las imágenes aquí y sus nombres para la próxima entrega.
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